Esta es la historia de Javier, quien hizo contacto con mini extraterrestres en Meoqui, Chihuahua; pero no todo acabó bien.
La verdad sobre un extraño caso alienígena ocurrido en 1987 culminó 20 años después y de forma trágica y espeluznante.
En septiembre de 1987 se dio a conocer que en Meoqui, Chihuahua, en la residencia de la familia Payán, un grupo de niños de 9 a 11 años de edad relataron un sorprendente suceso.
Dos de estos pequeños, Sergio Lira y Javier Valenzuela, estaban jugando cuando de pronto se pusieron a observar algunos agujeros en el suelo y de ellos salieron cinco seres de quince centímetros de altura.
Las criaturas -que hablaban español- les dijeron a los niños que se encontraban en Meoqui porque les gustaba el clima y porque querían realizar varias pruebas, así como observar el comportamiento de los habitantes de la región. Los monitos, como le decían los niños, eran delgados, de piel blanca y cara redonda.
Poseían grandes ojos de color rojo y su nariz apenas se distinguía, la boca era una línea horizontal y al hablar prácticamente no la abrían. Por otra parte, no tenían orejas y sus cabellos eran de color amarillo, cortos y puntiagudos. En el pecho tenían un círculo rojizo, sus manos y sus pies parecían las patas de un batracio y sólo tenían tres dedos.
Los pequeños siguieron asegurando que su encuentro con los monitos no fue una clase de alucinación. Sin embargo, las criaturas desaparecieron sin dejar rastro y aunque dijeron que regresarían algún día, no se volvieron a ver por años…
Hasta aquí podría tratarse simplemente de un suceso anecdótico y de la imaginación de unos infantes, pero justo 20 años después -en el 2007- estos regresaron para llevarse a uno de los 'niños', que ya había cumplido 31 años de edad.
Resulta que Javier se había trasladado a vivir a la ciudad de Delicias, pero aún mantenía contacto con la única persona que le podía creer lo que vieron tiempo atrás, su amigo Sergio, quien además fue testigo del suceso.
Decía que los seguía viendo, pero los seres no dejaban que lo dijera a nadie más e incluso éstos se volvían invisibles cada vez que les quería tomar una foto o cuando llamaba a alguien para que los viera.
Afirmaba que estaba a punto de quedar loco porque los encuentros a veces eran todos los días y no sabía con qué fin, sólo le decían que en un momento determinado se lo llevarían… y cumplieron.
Fue el seis de abril 2007 cuando Javier apareció muerto en su casa, con cortes quirúrgicos en su cuerpo, pero con todos los órganos intactos. Los doctores y forenses no se explican el motivo, pero aseguran que tuvieron que haber sido hechos por un médico eminente por la perfección de los mismos; además una extraña sustancia apareció en su sangre, hasta hoy no saben que es.
Sergio asegura a la policía que su amigo le habló tres días antes para decirle que estos seres (al parecer de origen extraterrestre) vendrían por él. ¿Acaso cumplieron su promesa? El enigma continúa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario